MODA Y BELLEZA
Evitar el despilfarro: cómo hacer que la ropa dure más
Reciclar y reutilizar la ropa ha sido algo habitual a lo largo del tiempo, pero nuestra generación parece haber olvidado estas técnicas. Así que surge la pregunta: ¿podemos recuperar estas habilidades y aplicarlas a nuestro armario para alargar la vida de nuestra ropa?
Especialmente en esta época, que impulsa cada vez más el reciclaje y la reutilización de la ropa a través de diversos canales, la capacidad de hacer que la ropa dure el mayor tiempo posible también se vuelve crucial para combatir los residuos y la contaminación.
Las técnicas para hacerlo existen, pero en realidad no es tan sencillo como puede parecer.
Evitar el despilfarro: cómo hacer que tu ropa dure más y conservarla adecuadamente
Reciclar y reutilizar la ropa ha sido algo habitual a lo largo del tiempo, pero nuestra generación parece haber olvidado estas técnicas. Así que surge la pregunta: ¿podemos recuperar estas habilidades y aplicarlas a nuestro armario, para alargar la vida de nuestras prendas? Especialmente en esta época, que impulsa cada vez más el reciclaje y la reutilización de la ropa a través de diversos canales, la capacidad de hacer que la ropa dure el mayor tiempo posible también se vuelve crucial para combatir los residuos y la contaminación. Las técnicas para hacerlo existen, pero en realidad no es tan sencillo como puede parecer.
Remodelar la ropa
Reconozcámoslo, todos los consejos aquí expuestos requieren cierta destreza manual, si quieres hacerlo tú mismo, o la ayuda de una abuela o, en su defecto, de un sastre. Remodelar prendas viejas fue una práctica habitual durante siglos, incluso en la alta sociedad, y no sólo entre los pobres, como estamos acostumbrados a pensar. Las mujeres rebuscaban en los baúles o desvanes de sus abuelas y encontraban prendas que se habían conservado perfectamente durante una generación o más, y luego las llevaban a sus sastres para que las remodelaran al estilo de moda de la época.
Remendar y parchear (y considerarlos elementos distintivos)
Antaño, la ropa se remendaba porque las telas escaseaban y la gente no tenía mucho dinero para comprar otras nuevas. Además, cada persona tenía habilidades suficientes para remendar su propia ropa. Hoy en día, el hábito de remendar, destruido por la introducción del prêt-à-porter, debería recuperarse. En su lugar, los remiendos y remiendos en la ropa deberían celebrar la vida de la prenda, y deberían, incluso hoy, llevarse con orgullo.
La creatividad es fundamental
Las distintas prendas pueden llevarse de diferentes maneras, en distintas ocasiones y en distintas estaciones. Combinar diferentes accesorios, y diferentes piezas de ropa (por ejemplo, combinar diferentes chaquetas con una falda que te ha desgastado) puede ser muy útil para evitar tirar, prematuramente, prendas que aún están perfectamente intactas.
Ropa de segunda mano (la vintage)
En los últimos años, los mercadillos vintage, o incluso las apps de venta de ropa de segunda mano, se han ido extendiendo poco a poco. Se trata de una buena técnica por varias razones: en primer lugar, lo vintage siempre vuelve a estar de moda, por lo que tener algo de ropa "vieja" en el armario nunca está de más. En segundo lugar, algo que no te gusta y ya no te pones puede ser un verdadero tesoro para otra persona, ahorrándole dinero, tiempo e incluso materiales.
Consejos de lavado
Muy a menudo, hoy en día, metemos las cosas en la lavadora sin ni siquiera leer la etiqueta del fabricante, en la que también se indica la forma correcta de lavarlas. Casi siempre, de hecho, contienen valiosos consejos, como poner del revés los vaqueros y las prendas de terciopelo antes de lavarlas, lavar las prendas delicadas sólo en agua fría o no utilizar la secadora.
Cuidar lo que se tiene
Si uno ve películas incluso de la época posterior a la Segunda Guerra Mundial, por no remontarnos demasiado atrás, se da cuenta enseguida del cuidado con que se trataba la ropa. Uno de los consejos para que la ropa dure más es tratarla con gracia, delicadeza y cuidado. Por poner algunos ejemplos: no tirar el abrigo en la silla en la que duerme el gato; no poner los zapatos mojados delante del fuego para que se sequen y pierdan su forma; asegurarse de que no haya polillas e insectos similares en los armarios.
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Portada
20/04/2024
Por desgracia, la historia está llena de episodios en los que las catástrofes naturales se han cobrado un número muy elevado de víctimas.
Si nos fijamos en la casuística, entre las principales causas que han desencadenado catástrofes naturales a lo largo de la historia se encuentran los terremotos, seguidos de las inundaciones y los ciclones. Se trata de fenómenos naturales que escapan al control del hombre, que a menudo consigue hacer muy poco, incluso en términos de prevención, contra ellos.
La contrapartida de todo ello es, por supuesto, el elevado número de víctimas y la destrucción que estos fenómenos suelen acarrear. A menudo, en ambos casos, con efectos devastadores de gran magnitud. (fuente: livescience)