La teoría de los seis grados de separación, que supone que cada persona puede estar conectada con cualquier otra del mundo a través de una cadena de conocimiento con no más de cinco intermediarios, es una de las teorías sociales más populares y sugerentes jamás creadas, y puede que siga siendo válida hoy en día, en la era de las redes sociales.
Fue a mediados de los años 60 cuando un profesor de Harvard envió una carta a un granjero desconocido de Nebraska, con la esperanza de que, a través de una red de contactos completamente aleatoria, la carta llegara a su verdadero destinatario en Boston.
Hoy, un estudio coordinado por el Instituto de Sistemas Complejos del Consejo Nacional de Investigación de Florencia (CNR-Isc) -firmado por investigadores de España, Israel, Rusia, Eslovenia y Chile- ha demostrado que las conexiones en las redes sociales se parecen a las que encontró Milgram en los años sesenta.